1864, Mystic Falls se ha convertido en el escenario de un intrigante rumor. Todos saben que a la recién fundada ciudad ha llegado una joven y bella señorita acompañada de su criada, una gran amiga y la hija de ésta. ¿Dónde vivirán? El señor Salvatore las acogerá en su casa, aunque sus dos hijos, Steffan y Damon, parecen ser los únicos que no se han dado por enterados todavía. Todo lo que se sabe de ella es su nombre, Katherine Pierce. Su pasado es todo un misterio, pero eso no ha supuesto ningún problema para el cabeza de la familia Salvatore que ha confiado plenamente en la apariencia angelical de la jovencita. Un pequeño acontecimiento que casi nadie sospecha que revolucionará a toda la villa.

Sin embargo, no es el único chisme que deambula de esquina en esquina. Se comenta que los Lockwood esconden un secreto tras la verja de su gran mansión. Algún que otro miembro de la familia desaparece durante los días de luna llena, ilocalizables, para regresar después abatidos. Lo más curioso de todo esto, es que incluso los propios miembros de esta familia desconocen el motivo de sus desapariciones.

Los únicos que parecen alarmados con todas las novedades son los Gilbert. No terminan de ver con buenos ojos la llegada de las forasteras, que han atraído a otros habitantes. Notan que al atmósfera se ha vuelto más oscuro, sin mencionar, a los extraños ataques por bestias que han terminado con la vida de otros ciudadanos. Quizás un poco obsesionado o adicto a las novelas vampíricas, Jhon Gilbert estudia con fervor todos los datos sobre estas criaturas de la noche, recopilando detalles y comparando las diferentes visiones de las culturas. Su prodigiosa inteligencia combinada con los conocimientos que está amasando le hacen trabajar arduamente en el diseño de artilugios para combatir a la amenaza.

Durante una de las reuniones del consejo, Jhon puso de manifiesto sus creencias. Aunque el resto no estaban muy convencidos al principio, han acabado por encontrar las pruebas que lo demuestran. Juntos están diseñando un plan para descubrir a todas las bestias que asolan Mystic Falls y desterrarlas para siempre.
Ajenos a todo este revuelo, los hermanos Salvatore han caído bajo el hechizo de amor que ha creado en ellos la presencia de Katherine en su casa. La muchacha mantiene una relación triangular con ambos y el cariño de los hermanos se está viendo afectado por esta situación en la que ambos compiten por el amor de ella.