Nació en la India, su padre era estadounidense pero su madre era de ese país y quería cumplir las tradiciones y que si hija naciera en su tierra. Su padre se encargó de mudarse con su pequeña hija y su amada mujer a una gran casa de Canadá donde estaba la sede central de su compañía y podía dirigirlo todo desde casa y así disfrutar de los primeros años de vida de la pequeña y angelical criatura que habían tendió. Era un bebe hecho de risas y vitalidad y fue una niña igual de linda y risueña, deseosa de aprender y agradar con una mirada aguda y pegada a las faldas de su madre.

Cuando cumplió los diez años sufrió el primer golpe: era una noche despejada y tranquila cuando salió a pasear con su madre al patio. Llevaba una pelota de color dorado que botaba y hacía correr delante de ella, hasta que se metió entre la forma de arbustos cuidada que delimitaba los jardines. Su madre le dijo que no se acercara, que ella la recogería y la traería... pero nunca volvió. Asustada la niña se acercó al lugar para encontrar el cuerpo desmadejado y drenado de su madre, con la mirada perdida y la pelota dorada debajo de su mano, donde pendía el anillo de obsidiana que siempre llevaba puesto.

Su padre empezó a salir por las noches y venía cansado y cubierto de sangre, pero siempre sacaba tiempo para ir a verla y mimarla un poco. Se volvió taciturna y le cogió miedo a la oscuridad y la sangre, pero los años pasaron y el trauma fue atenuado por el tiempo... hasta que la segunda desgracia ocurrió: Su padre apareció muerto en las afueras de la ciudad en las mismas extrañas circunstancias que su madre.

Con solo quince años se vio al frente de una compañía, sin padres y con un gran desasosiego por encontrar a los culpables. Poco a poco fue encontrando pistas entre las pertenencias de su padre y decidió enfrentarse a sus miedos para impartir la justicia que la policía no había podido aplicar. Con dieciséis años empezó a recorrer las calles en busca de conocimiento y respuestas hallando las dos cosas. Con diecisiete cazó su primer vampiro a sangre fría y sin remordimiento y decidió cambiar su nombre... a partir de ese momento nadie sabría de Anna Isabelle, ahora todos la conocerían por Malphast The Hell, la ayudante del demonio que convertía las calles en un infierno para los vampiros. Cuando salía a cazar tapaba su cara por lo que nadie la conocería y además se utilizaba a si misma de cebo por lo que nadie saldría herido.

Cansada de las mismas monótonas calles decidió cambiar de lugar. Delegó poderes en la compañía y los asuntos urgentes los atendería por fax y teléfono, por la noche se encargaría de poner en practica su venganza y nadie conocería su verdadero nombre ni su pasado. Empezaría una nueva vida en Mystic Falls